Django es un sueño sobre 3 ruedas

Naciò hace muchos años, en las calles de la isla de Procida, donde pasaba los veranos de niño

y donde, en ocasiones, con motivo de fiestas y ferias, aparecía

una camioneta con megáfono

anunciando la llegada del C IRCO y de los Viajeros de la L una,

los F eriantes.

Me habría quedado días enteros en ese laberinto de raíles y brazos mecánicos, entre carpas y casas ambulantes.
¿Cómo no enamorarte de niño de esos extraños personajes a medio camino entre la magia y la maldición divina?

capaz de venderte la emoción de la fiesta, la ilusión de luces y colores, la alegría fugaz de la suspensión del tiempo,
de un mundo al revés, a años luz de la vida de cada dìa...

Un día la Idea empezó a tomar forma en mis manos:
Un carro de madera hecho completamente a mano en mi taller, tirado por un Guzzi del 62,

iluminado y amplificado eventualmente por un generador,
y luego un escenario para presentaciones en vivo y una plataforma para bailar.

 

En un abrir y cerrar de ojos estaba el domingo hace muchos años, en una plaza del pueblo,

con las calles iluminadas y llenas de gente disfrazada para la fiesta,

las notas de una alegre melodía interpretada por la orquesta, parejas de bailarines

que abarrotaba la pista entre las risas y los juegos de los niños

hasta tarde en la noche.

Luego vi el carruaje de la película de Tarantino y también vino el nombre:

DJANGO

Desde entonces mi sueño ha sido traer música, danza y espectáculos itinerantes.
en pueblos y ciudades, en plazas y parajes naturales, y ver mi misma emociòn y asombro en los ojos de todos,
adultos y niños.